Lo que voy a compartir en esta entrada no son consejos dados. Ni las claves sobre cómo conseguir tus objetivos, de hecho, ni siquiera sé si llegan a sugerencias. Lo que comparto hoy son «aprendizajes», como a mí me gusta llamarlos, que se me han ido acumulando bien por experiencia propia, bien por la fortuna de haberme cruzado con algunos maestros y maestras que han ido dejando parte de su sabiduría en mí para que yo me beneficie de ella.
Hoy recojo algunos de esos «aprendizajes», los que me facilitan focalizarme en mis objetivos de la manera más sana, hacerme avanzar y disfrutar en la medida de lo posible del camino, los que me servirán de referencia para encarar esta temporada de trabajo, proyectos y objetivos:
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1
Generar relaciones
Pero relaciones de verdad. Generar contactos y conversaciones directas, cara a cara si puede ser. Utilizar los servicios de mensajería electrónica para lo que son, para dejar mensajes, pero no abusar de ellos. Conocer a gente nueva. Desvirtualizar una parte de mi red. Generar relaciones sanas y no participar de relaciones interesadas de networking. Fomentar conversaciones nutritivas con gente interesante. Fue delicioso probar ya esta estrategia a principio de verano, los resultados son fascinantes.
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2
Dejarme ver
Pero no en todos los sentidos, ni a toda costa. A estas alturas ya me ha quedado claro que si tienes una serie de competencias y no están accesibles a los demás, esa invisibilidad las hará inefectivas y serán pólvora mojada.
No obstante, ojo, porque la visibilidad tiene un punto narcotizante que te deja muy muy «chungo», te lo digo de otra manera: que a tu ‘ego’ le pone mogollón ese puntito de reconocimiento que te da la ‘visibilidad virtual’ y te pierdes del camino, corriendo el peligro de terminar al final como un yonki desesperado por un me gusta, un seguidor más, un Retuit, un Favorito o en el mejor de los casos un chute de la mano de un influencer... error.
No sé, voy descubriendo que más que una «visibilidad personal» es mucho más efectivo desarrollar una «visibilidad competencial», y en eso sí quiero seguir trabajando. Esto es, el reto es compartir aquello que me hace valioso para otras personas, para algunos proyectos y para mis propias propuestas.
Reconozco que tomar conciencia de eso que te hace valisoso y compartirlo de adecuadamente es un proceso en sí mismo que no es gratuito, requiere inversiones, esfuerzos pero bien merece la pena.
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3
Yo soy lo primero
Es así. Primera regla de una persona emocionalmente inteligente: cuídate. Lo demás es una falacia. Alimentarme bien, dormir bien, moverme, hacer cosas que me diviertan, sentirme conectado a mí mismo… porque lo tengo claro: cuando estoy bien rindo más, soy más productivo, tengo mejores ideas, mis neuronas se enganchan unas a otras que es una pasada, y lo más importante… cuando estoy bien genero de la manera más sencilla las mejores condiciones de darle calidad a mis interacciones con los demás, en todos los sentidos, en el personal y en el profesional. Cuando me cuido mis relaciones son mejores y genero en la otra persona más presencia (por eso, porque estoy despierto, ágil y atento).
Por cierto, que yo sea lo primero no significa que sea el centro del universo… que no, que no voy por ahí.
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4
Afrontar la incertidumbre
Nos guste o no nos guste, no vivimos en escenarios estables. Profesionalmente los contextos son movedizos, pocos trabajos o sectores son ya ‘para toda la vida’. Estar hoy aquí no me garantiza estar mañana en el mismo sitio, lo sé.
No es un castigo, ni resultado de la mala suerte, ni una maldición que nos han echado…, es lo que es, son las nuevas reglas, me pueden gustar más o menos, pero cuanto antes aprenda a jugarlas antes podré empezar a beneficiarme de ellas. Otro reto transversal para estos meses: afrontar la incertidumbre y aprender a gestionar la angustia, ¿cómo?, bueno, ya os lo iré contando.
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5
Arriesgarme
…y echarle un poco de cara a la vida. Porque cuando tienes la educación como actitud ante los demás, y la prudencia como recurso habitual en tus acciones, nada o poco de lo que hagas puede resultar ‘excesivo’ o impertinente.
Que si te cortas lo mismo te desangras, y ahí te quedas…, oye, y ya no tenemos edad para cortarnos, ¿no?
Es fascinante la sensación de atreverse a ser uno mismo en el ejercicio de sus proyectos, de hacer las cosas a su manera,… descubrir ese vértigo, descubrir que el riesgo no era para tanto, y comprobar que hasta cuando la cagas, si el acto fue coherente, el fracaso tiene un sabor suave y se digiere mejor.
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6
Asumir la responsabilidad
Si acepto arriesgarme, del mismo modo acepto las consecuencias y actuar con respecto a ellas de manera responsable es un alimento para mi equilibrio y mi autoestima.
Eso sí, para que esto funcione las decisiones que tome deben ser mías, conectadas a lo que quiero, a lo que soy, a como soy, e incluso a lo que necesito… porque si decido en base a esos criterios tendré la vía abierta para gestionar esa decisión y sus consecuencias de manera responsable.
Esto es, si decido aceptar un trabajo (POR LAS RAZONES QUE SEAN) no puedo estar constantemente quejándome por ese trabajo; o si decido desarrollar tal o cual proyecto, siendo la decisión mía, no tiene mucho sentido que me pase todo el rato refunfuñando… no quejas, sí acciones responsables.
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7
Preguntarme si lo que estoy haciendo hoy/ahora,
me acerca al lugar donde quiero estar mañana
Esta frase es muy Coaching, eh??… pero es chula, inspiradora y no nos engañemos, también es muy práctica.
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8
No tomarme las cosas demasiado en serio y reírme
Porque me encanta reírme, porque necesito decir una chorrada de vez en cuando (bueno, exactamente cada siete u ocho minutos, más no aguanto)… y generar en lo posible esos momentos en los que me duele la mandíbula y el estómago de tanta risa. Es terapéutico, sanador, necesario… curativo. Reirte con los demás te conecta, reírse de uno mismo te da una perspectiva mucho más amplia y creativa de lo que eres, del escenario en el que estás y de lo que realmente es importante en cada momento.
No reírse es indicativo de que algo no estamos haciendo bien.
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Estos son mis ocho aprendizajes que me servirán de apoyo para gestionar mis estrategias en esta temporada, y si no, ya activaremos el Plan B ;)…
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Procesos y Aprendizaje
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8 aprendizajes para afrontar mis objetivos
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Cierto, cierto y cierto todo lo que dices y lo respaldo desde la experiencia que da estar en la edad de “jubilo”. Por supuesto todo debe ser adaptado al paso de los tiempos, pero con pocas variaciones. También influye mucho la personalidad de cada uno, pero con ella no se nace, yo creo que esta se hace en función de las circunstancias que la vida te va ofreciendo y en las que tu propia ACTITUD tiene mucho que decir.
Enhorabuena David por tan excelentes recomendaciones. Un cordial saludo
Gracias Benito, tus palabras le dan un valor especial a este artículo… desde tu experiencia vital y profesional, que refrendes estos aprendizajes nos estimula a seguirlos y llevarlos a la práctica… a mi el primero.
Un abrazo!
david
Excelente artículo! Agregaría también que hay que saber uno recomponerse de la historia, de las cosas que no sucedieron como uno quería. A veces esa historia nos atrapa y nos cuesta poder aprovecharla, como lo que muestran en esta infografía: Qué increíble las casualidades… justo hoy a la mañana me encontré con esto de http://www.glinzz.com que habla en un tono muy similar: https://www.linkedin.com/company/glinzz/comments?topic=6106057895135244288&type=U&scope=10231177&stype=C&a=JUiP
Gracias por esto.