#citaciega
“…delante del folio en blanco,
se le ocurrían muchas ideas,
menos la que tenía en la cabeza..”
Del relato ‘Parálisis’, de Fátima M. Roldán
.
Escribo dos entradas semanales en el blog. Lo que en la prehistoria del blog fue una decisión estratégica ahora se ha convertido en un hábito personal. Tal y como lo lees: un hábito personal.
También es cierto que soy de los que no creen que existan fronteras entre lo personal y lo profesional, al menos, en el trabajo del conocimiento. Creo que las personas somos lo que somos cuando estamos trabajando y cuando no, y que nuestra vida es un desarrollo de lo que hacemos en uno u otro momento dado… el arte, está en saber hilarlo todo, conciliarlo sanamente y buscar los equilibrios necesarios.
Tengo que reconocer que, para que todo lo anterior encaje, es necesario tener muy claro PARA QUÉ haces lo que haces, y hacer consciente tu proyecto de vida, ese que será el guardián de nuestros equilibrios… y le dará sentido a lo que hagamos (sea personal, sea profesional, sea lo que sea…).
Pero bueno… a lo que voy, este hábito, como todos los hábitos, genera un impacto a medio/largo plazo, momento en el que uno puede tomar perspectiva y ver los beneficios (o perjuicios) que ha conllevado tener una determinada conducta integrada….
…y es entonces cuando aparecen los aprendizajes… que se saborean y se rentabilizan más cuando los hacemos presentes, de manera intencionada….
.
El tiempo que tardas
Hay obviedades que cuando se hacen conscientes a base de vivirlas, te ofrecen claves muy potentes a la hora de autogestionarte. Por ejemplo, una máxima: cuando tengo que escribir un post, si sé lo que quiero escribir tardo poco (y todo es fácil); si no sé lo que quiero escribir tardo mucho (e incluso me desespero).
…sí, no hace falta tardar unos cuantos años para darte cuenta de esto… o sí.
El hecho de que algo sea obvio, no tiene nada que ver con que esté integrado. De hecho, considero que uno de los principales errores que se dan en multitud de procesos de desarrollo personal/profesional es dar por hecho que las obviedades están integradas.
Las cosas, por ser sencillas, evidentes y accesibles no tienen por qué estar ‘operativas’ en nuestra vida… es más, no prestar atención a esas cosas sencillas, evidentes y accesibles… además de un sutil acto de autosabotaje, puede terminar convirtiéndose en un ejercicio de soberbia ante las rutinas de la vida (que, en definitiva, son las que le dan el tejido a la misma).
.
…haberlo pensado antes
No creo que se trate de planificarlo todo al milímetro. Ni de adivinar tu futuro. Ni de obsesionarse por cuál va a ser el siguiente paso…. pero saber cuál es la dirección en la que vas, ayuda en el camino y en la gestión de los recursos y las energías… por eso, tampoco creo que la vida consista en dejarse llevar a ver qué es lo que viene según cómo me sienta mañana, o ‘dejarse fluir’ por las circunstancias, ya que en estos casos dejaríamos de ser dueños de nuestra vida, (si fluyo, me diluyo).
Sin rigideces y fundamentalismos, tener claro qué es lo que voy a hacer mañana nos aporta foco y nos permite ganar en efectividad.
Por ejemplo: si tengo que escribir un post ahora, ahora es el momento de escribirlo; ahora no es el momento de pensar en el tema que voy a abordar, qué quiero contar, si es repetitivo con respecto a otras cosas que he escrito, etc.
Esto que acabo de comentar me pasaba mucho antes, y menos ahora. No calibraba bien que antes de hacer algo había que pensarlo. Que pensar lo que voy a hacer forma parte de esa acción, pero que debía ser un paso previo a esa acción, y que merecía su momento.
Si cuando toca hacer algo, me pongo a planificar cómo hacer ese algo, en definitiva, lo que estoy haciendo es aplazar la ejecución de esa acción, y enredarme en el diseño de estrategias que me hacen de mi un auténtico procrastinador. En otras palabras: cuando el sábado a las cuatro de la tarde te pongas a hacer un bizcocho, es mejor que ya tengas la idea clara del tipo de bizcocho que vas a preparar y todos sus ingredientes preparados, si no… lo mismo, con suerte, te pondrás a hacer el bizcocho a las siete o a las ocho de la tarde, y terminarás pensando que hacer bizcochos es un suplicio que te arruina la tarde.
.
Sacarlo (bien) de la cabeza
En definitiva, las cosas que hacemos, las hacemos porque antes han estado en nuestra cabeza (de una forma más o menos consciente). Salvo que los impulsos tomen el control y nos terminen sometiendo, pero bueno, afortunadamente no somos una concatenación de impulsos… y, normalmente, algo tenemos que decir en la dirección del curso de nuestras acciones y proyectos.
Habrá acciones que no requieran de mucha energía/tiempo para pensarlas. Y listo, al tajo.
En cambio, habrá otras acciones que requieran de un momento/espacio anterior, que nos permitan saber cómo, de qué manera y con qué las vamos a ejecutar. Son momentos previos que nos facilitarán la acción, que nos facilitarán darles cuerpo a nuestras intenciones, y convertir esa intención en una acción tangible… real.
…incluso habrá momentos en los que toque dejarse llevar, claro, como recurso que nos permite adaptarnos a lo impredecible de la vida… que será siempre un recurso mejor usado si tenemos claro el rumbo hacia el que nos dirigimos y las variables que nos hacen mantenerlo en una determinada dirección…
…que saber la dirección hacia la que vamos, no tiene por qué significar conocer el destino final, eso casi nunca se sabe con garantías… pero sí implica ser actores de nuestra vida, en vez de espectadores de la misma.
.
Recursos
Por si te puede resultar de utilidad…
…mientras escribía todo esto, se me venían a la cabeza personas como José Miguel Bolívar, Jerónimo Sánchez o Paz Garde. Gente a la que sigo desde hace tiempo y que, sin conocerlas personalmente, a través de sus Blogs, libros, interacciones e incluso algún comentario privado con alguno de ellos, me han aportado bastante en este sentido…
…y es que, sin seguir sus técnicas al 100%, al menos aún (porque estoy en mi particular periodo de aprendizaje), me han aportado mucho control y consciencia de cómo gestionar mis recursos y energías para ser más efectivo y, sobre todo, mucha más tranquilidad a la hora de conjugar las cosas que tengo que hacer… las que tengo, y las que quiero.
Sobre sus nombres, sus recursos a un click.
.
Y has estado tan ocupado últimamente
que no has encontrado el tiempo
para abrir tu mente,
y ver el mundo girando cuidadosamente a destiempo.
Out of time, Blur (…del álbum, Think Tank)
.
.
Procesos y Aprendizaje
puedes seguirnos
en
FACEBOOK (de una manera diferente)
y
en
TWITTER (compartiendo caracteres)
—
Cuando tengo claro lo que hay que hacer
—
Foto de Devanath vía Pixabay, con licencia CC0
0
Deja un comentario