¿De verdad piensas que te vas a relajar en un spa? ¿En serio?…, ¿De veras crees que cuando entres en una piscina templada se diluirán tus problemas? ¿De verdad piensas que cuando entres en la piscina helada saldrás con el espíritu purificado y con más calma interior? No sé, tú mismo…
Hay una frase de Alfonso Alcántara que me encanta, viene a decir que “el agua que sabe mal en un vaso, sabrá mal en otro vaso”, así que si estás jodido/a en tu casa, en tu trabajo o en donde sea o por quien sea, ¿por qué vas a dejar de estar jodido/a en un spa?
En fin, no creo que genere muchos amigos entre el gremio de las piscinas termales con este post, pero les aseguro que esto solo es una metáfora (no se me ha ocurrido otra mejor, qué vamos a hacerle).
_
Desconectar
Si sientes la necesidad de desconectar es que tienes la sensación (intensa) de estar demasiado en conexión con algo que te está quitando fuerzas, atención para otras cosas y en cambio te está generando demasiadas molestias. Normalmente si eso ocurre es que hay algo que no te encaja, no va contigo, no te gusta y no hay forma de quitártelo de la cabeza.
Pregúntate qué es lo que necesitas para cortar esa conexión con aquello que te molesta y te está incomodando. Si algo te molesta es probable que tengas alguna necesidad abierta, y más que irse a un Spa lo más efectivo es “ponerle nombre y apellidos” a esa necesidad para afrontarla y satisfacerla de la mejor manera para ti y para los demás.
_
La trampa de la introspección
Claro, si te vas a poner a indagar sobre qué necesidad es la que tienes abierta y vas sumergirte en tus pensamientos, ojo, porque puedes caer en la “trampa de la introspección” que básicamente consiste en remover la “caquita” para ver si por ahí encontramos una salida. Me ahorro descripciones de cómo queda todo después de ir rebuscando entre toda la porquería y el olor que se queda en tu cabeza.
La introspección está bien, es la puerta al autoconocimiento, siempre que la utilicemos en el momento adecuado. En algunas ocasiones un exceso de análisis es igual a parálisis, y otras nos descubrimos mejor a través de nuestras acciones (la parte tangible de lo que somos) que a través de viajes infinitos, cansinos e improductivos hacia nuestro interior.
_
Súbete a la grada para ver el partido
Toma perspectiva, sal del partido que estés jugando y vete a la grada para verlo desde arriba. Sal de ti, obsérvate desde fuera. Es un ejercicio interesante, en ocasiones es mejor dejar de mirarse el ombligo para comenzar a mirarse la espalda y ver cómo te mueves, como caminas, hacia dónde vas o incluso qué es lo que necesitas en ese momento.
Subirse a la grada implica un esfuerzo, no tendrás perspectiva de tu situación hasta que dejes de sentirte una víctima o dejes de sentirte culpable por lo que sea.
No hablo de que te observes con “objetividad”, eso me parece imposible…, hablo de observarte sin caer en juicios sobre ti, sobre lo que tú eres. Un camino hacia la libertad es aquel en el que consigues “observarte sin emitir juicio alguno”.
_
Hazte preguntas, hasta que encuentres la respuesta
Toma perspectiva, sal del partido que estés jugando y vete a la grada para verlo desde arriba, no es fácil, no es imposible. Es entonces cuando quizás tengas algo más de claridad, sacúdete el sentimiento de víctima por un rato y la sensación de culpabilidad, es ahora cuando podrás jugar a hacerte las preguntas “¿Qué necesito para desconectar? ¿Qué necesidad tengo abierta”?
Insiste, con cariño, no descartes ninguna respuesta, aunque algunas te parezcan imposibles o absurdas… apunta, toma nota, no descartes nada… al final, quédate solo aquellas respuestas…
- Que impliquen una acción que dependa al 100% de mí.
- Que sean accesibles a mí, esto es que las pueda poner en práctica.
- Que sean saludables para mí, en todos los sentidos.
- Que no impliquen daño o perjuicio para otra persona
_
Descúbrete a través de tus acciones
Ya lo comenté antes, “descúbrete a través de tus acciones”, ponte en marcha, haz real la repuesta o las respuestas que más te gusten, algunas te parecerán que no tienen sentido, otras serán más directas con respecto a la necesidad que quieras satisfacer… pero tanto unas como otras te pondrán en marcha, te activarán y te permitirán afrontar lo que necesitas para desconectar.
Recuerda el dicho: “cuando las manos trabajan, la mente descansa”, pues eso, cuando te mueves tu mente descansa, cuando actúas le estás dando respuesta real y tangible a lo que necesitas.
_
Lo celebras en un spa
…pues eso, luego si quieres, para rematar la faena lo celebras en un spa. 😉
_
0
Deja un comentario