#citaciega
“…la ropa interior le apretaba,
demasiado,
hoy no iba a ser un buen día para quien se cruzase en su camino…”
‘Nunca llueve a gusto de nadie’, de Fátima M. Roldán
.
En la vida hay gente muy puñetera. Ya, ya sé que no te estoy descubriendo nada nuevo.
Además, la “puñetería” es algo muy subjetivo y dinámico… lo que es puñetero en un momento determinado, puede dejar de serlo en otro, o incluso lo que para ti es puñetero, para otra persona puede no serlo. La “puñetería” es escurridiza.
La cuestión es que hay un tipo de puñetería especialmente desquiciante, o al menos es la que a mí más desquicia. Me refiero a la que consiste en dejar sin escapatoria a la otra persona. Este tipo de puñetería se aprecia muy bien en gente que, si bien parecen apoyarte y querer lo mejor para ti, actúan como el perro del hortelano, animal (que además de tener una ‘mala rima’) resulta que ni come… ni deja comer.
Me explico, son esas personas que si no haces nada te animan a que hagas algo y seas tú mismo… y si haces algo te dicen que te estás pasando, te estás equivocando o que dónde vas con esa actitud… en definitiva… que, si haces una cosa, caca… y si haces otra, caca también.
Hagas lo que hagas: caca.
.
La presión
Este tipo de puñetería, para gente como yo, con muy poca personalidad en determinados contextos y altamente influenciable es un auténtico problema. Yo soy muy influenciable, y aunque durante mucho tiempo he tratado de disimularlo ya no… es más, ahora, en vez de negarlo y luchar contra ello le saco mucho partido buscando buenos referentes… y es que, ya que de una forma u otra me voy a dejar influenciar, al menos, voy a rodearme de las que entienda como mejores influencias (que no influencers) posibles… oye, y funciona.
La movida es que yo he padecido esta puñetería tipo ‘perro del hortelano’ varias veces en mi vida en momentos bastante significativos. Recuerdo como antes de montar mi primer negocio había gente que me animaba a hacer cosas, y como luego, cuando me embarqué en la aventura emprendedora la misma gente te advertía de los peligros de emprender. Era un agobio. Al principio, este tipo de mensajes me confundían mucho, alimentaban mi inseguridad y tenía la necesidad de consultar casi cualquier cosa (a casi cualquiera) antes de tomar una decisión… qué cosas…
Como te decía, en mi vida esta circunstancia se ha repetido en varias ocasiones, esencialmente cuando he decidido dar un giro (o un paso, según se entienda) en mi carrera profesional. Gente que te dice ‘tira pa´lante’ y luego que te dice ‘…pero chiquillo… ¿tú estás seguro?’… sin hablar de los ‘amigos’ que siempre te dicen qué es lo que tienes hacer (con ánimo de ‘ayudarte’), cuando lo único que necesitas es que te escuchen y te acompañen…
…pero bueno, incluso hasta lo de ‘tener poca personalidad y ser altamente influenciable’ tiene un límite, y llega un momento en el que te cansas y empiezas a hacer las cosas que te salen de las pelotas (<-metáfora) … momento en el que las cosas suelen empezar a salir bien (incluso cuando aparentemente no salen bien).
.
Las cosas a su manera
Con el tiempo, te das cuenta de que lo que molesta a esta gente no es que hagas o dejes de hacer cosas, lo que realmente molesta a la gente que ejerce este tipo de puñetería es que no hagas las cosas como a ellos les gustaría que las hicieras…
…y es que, este tipo de puñetería suele ejercerse fuertemente por personas con unas firmes creencias sobre cómo deben ser las cosas, unos valores muy sólidos y arraigados, y una manera de vivir la vida que potencia todo aquello que confirme su manera de entender el mundo, sancionando aquello que lo pudiera poner en crisis…
…esto es, perciben como una amenaza aquello que no encaje en su mapamundi mental… que representa un mundo plano, con límites, donde más allá de lo conocido puedes caer en los abismos y ser devorado por dragones…
Así, y visto de esta manera, si le sigues el juego a un practicante de la puñetería tipo ‘perro del hortelano’ a poco que te descuides terminas convirtiéndote en un rehén de creencias ajenas, y en el peor de los casos te puedes descubrir como si te estuvieras justificando frente a la inquisición… jurando y perjurando que eso que haces no es cosa de brujas o del demonio… que solo es una idea o una iniciativa propia.
.
No vas a gustarle a todo el mundo
En fin, es lo de siempre, no vamos a gustarle a todo el mundo, ni a todo el mundo que no le gustemos se va a comportar de la misma forma con nosotros. Algunos no nos comprenderán y nos aceptarán, otros no nos comprenderán y no nos aceptarán, y otros no nos comprenderán y tratarán de enmendarnos. Es la vida, imagino.
Nuestra necesidad de pertenencia a veces pondrá en crisis nuestras iniciativas, prefiriendo ser aceptado a ser proactivo. En otras ocasiones nos hará dudar de si contamos con los recursos necesarios para activar las acciones que pretendemos frente a las críticas, los ‘peros’ y los ‘es que’ de los demás. Y bueno, incluso estaremos dispuestos (a regañadientes) a dejar de seguir nuestro camino para no alejarnos de algunas personas.
Yo creo que una de las claves para gestionar este tipo de puñetería está por un lado en aclarar las necesidades, qué necesitas tú y qué necesita la otra persona. Y por otro lado en disociar a la persona de su actitud, esto es, me quedo contigo pero no con tu punto de vista. Sé que no es fácil, pero bueno, ya sabes… no es imposible.
Sea como fuere… tu vida la manejas tú, buscar el consenso nos ahoga… y no está mal identificar a quienes nos suman y quienes nos quieren ‘como a ellos les gustaría querernos’.
.
.
11
Me has recordado mucho esta frase:
Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas; cuando vean que no pueden detenerte, te dirán cómo tienes que hacerlo; y cuando finalmente vean que lo has logrado, dirán que siempre creyeron en ti.
John Calvin Maxwell
El pan de cada día amigo, estamos rodeados de agoreros que hacer no hacen porque se dedican a cortar las alas de los demás, de ahí la necesidad de que cuando queramos hacer, debemos hacerlo igualmente.
Me ha encantado el post 😉
Hola Eva,
….es cierto, y a veces no resulta sencillo… personalmente, con el paso del tiempo y con cierta perspectiva descubro que no quiero ser prisionero de las creencias y las limitaciones de otras personas…
…eso es algo que me ha liberado para atreverme, hacer, equivocarme, acerar, seguir haciendo.
Un abrazo y gracias por ESTAR!
d.
Muy bueno el post!!
A base de tratar con la gente vas aprendiendo, lo que dices, quedarte con la gente que te gusta, pero no su punto de vista…
Hola Concepción,
…ese es uno de los grandes retos de la gestión emocional.. “me quedo con la persona, no con aquella de sus conductas que me limitan o no me gustan”…. no es fácil, no es imposible!
un abrazo!
d.