¿Será una realidad la Inteligencia emocional en las aulas?, ¿Será una realidad efectiva en todos sus sentidos?… creo que es un deseo compartido por muchas personas el responder SÍ a estas dos preguntas que se plantean.
Verán, hace unos días me llegó una noticia en la que se informaba que el Gobierno de Canarias implanta la asignatura de Educación Emocional y para la Creatividad. Lo primero que sentí fue una sorpresa agradable, luego una cierta “inquietud mezclada con cierto punto de ironía” (noto que esta combinación de sentimientos se están conviertiendo en una constante cada vez que “algo viene de cualquier gobierno”). Lo cierto es que decidí compartir esta ilusión-inquietud en algunas de mis Redes Sociales:
…ahí iba yo,compartiendo con el mundo mis preferencias e inquietudes… no pasaron ni cinco minutos y no me resistí a twittear mi pensamiento, allá, vamos!!!
…¡Yes!… pronto comencé a recibir algunos comentarios que me hicieron dudar sobre qué sentido se le podría haber dado a mi pensamiento (lo de las RRSS es la leche). Lo bueno que tienen estas cosas es que de una forma u otra, si te topas con gente interesante, el debate siempre es enriquecedor y como propina, en muchas ocasiones, nos acabamos intercambiando algunos recursos enriquecedores.
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¿Es posible hablar de Educación sin que salten chispas?
Tengo la sensación de que hablar de educación es cada día más complicado. Estamos colocando a la Educación al mismo nivel que la política o la religión de tal manera que parapetados tras nuestras creencias todos entendemos de educación, todos sabemos qué es lo que conviene hacer, todo sabemos cuál es el camino correcto… y cualquier camino que se desvíe del nuestro se suele percibir como una amenaza a los valores propios y al tipo de sociedad que cada uno tiene en su cabeza.
En cierto modo, esta manera de afrontar la Educación no deja de reflejar la importancia que le damos y cómo la conectamos con aquello que para nosotros es esencial. Por otro lado, afrontar la Eduación desde esta dimensión, en una sociedad como la nuestra, tan visceral y tan aficionada a “ponerse la camiseta” de un bando y confrontar con el otro, más allá de los argumentos que se esgriman, nos alejan de un consenso tan demandado y necesario como anhelado y lejano.
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La Plástica, la Música, la Educación Física… y la Inteligencia Emocional
A poco que me conozcas directa o indirectamente, en persona o a través de mi blog e intervenciones, te darás cuenta que considero estas asignaturas que acabo de nombrar igual de importantes que la Lengua, las Matemáticas, los Idiomas, o la que sea…
Creo que Howard Gardner con su Teoría de las Inteligencias Múltiples ilustró muy bien que nuestra inteligencia no es algo unitario, que nuestra inteligencia es al mismo tiempo matemática, musical, lingüística-verbal, espacial, corporal-cinestésica, naturalista, intrapersonal e interpersonal (…y según mi libro de ‘Psicología de las Diferencias Individuales’, siguiendo al mismo autor, también existencial).
A pesar de esto, hay una crítica recurrente en la muchos coincidimos: nuestro sistema educativo no ha tratado a nuestra inteligencia como si esta fuera una combinación de estas nueve dimensiones. Al menos, yo no lo he vivido así, ni así lo sigo percibiendo. Cómo decía Sir Ken Robinson, nuestro sistema educativo no solo se ha fijado lamentablemente en una única parte de nuestro cuerpo (el cerebro), si no que se ha focalizado en un trozo de esa parte, lo que metafóricamente llamamos “hemisferio izquierdo” (=racional).
Lejos de restarle ni ún ápice de importancia a la Plástica, Música, Educación Física,…, lo cierto es que éstas materias no fueron colocadas al mismo nivel que las Matemáticas, Lengua, Idiomas,… y prueba de ello es hasta qué punto las Artes y el Deporte transcienden en nuestras vidas más allá (en el mejor de los casos) del disfrute de la observación de artistas y deportistas.
¿Hastan dónde calan las conductas saludables? ¿Y la expresión artística? ¿Pensamos que el deporte y las expresión artística es solo cosas de deportistas, artístas o niños que están en la escuela?…, ¿Cuándo es efectiva una asignatura cuando se aprueba o cuando se aplica su aprendizaje en la vida? ¿Utilizamos (y me refiero a todos) las artes y el deporte como un medio para nuestro propio desarrollo?
A esto último me refería cuando anteriormente manifestaba la “poca efectividad”, “poca valoración” o “poca consideración” de estos ámbitos que son una parte de nosotros mismos, una parte importante para que muchos de nuestros talentos evolucionen en un sentido u otro… así, desde el momento en que estas áreas son relegadas a un segundo plano, nuestro “sistema educativo” pasa a convertirse en “sistema educastrativo”.
La raíz de mi inquietud es: ¿En qué grupo “encajarán” a la Educación Emocional y el fomento de la Creatividad? ¿Se puede revertir la situación? ¿De quién depende? ¿Sólo de los políticos?……….¿?
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Mismos Recursos + Distintos Docentes = Distintos Resultados
Como siempre, y esto es solo una opinión, la clave estará en los/las Docentes, y que conste que para mí esto es bastante esperanzador. Podremos tener el “sistema educativo” o el “sistema educastrativo” que tengamos, las leyes que tengamos, los recursos (o la falta de recursos) que tengamos, los equipos directivos que tengamos, o los políticos que tengamos… que hay una cosa que será una constante en todos estos supuestos: cuando se cierra la puerta del aula, dentro quedan docente y alumnos, y lo que allí ocurra dependerá mucho de lo que el grupo de aprendizaje sea capaz de generar (y la figura del Docente en este sentido es esencial).
De una forma u otra, a lo largo de estos años he trabajado con muchos docentes de primaria, secundaria, ciclos formativos, formación profesional para el empleo, etc., y entre las muchas cosas que me han llamado la atención es que distintos docentes en un mismo centro, con unos mismos recursos (muchos o pocos), con un mismo equipo directivo, en una misma comunidad educativa… consiguen distintos resultados.
Los denominadores comunes están claros, y a veces es muy sencillo dejarse caer en ellos, pero pocas veces observo que se dirige el foco hacia el “elemento diferenciador”: el/la Docente, cada uno tiene su “personal estilo de enseñanza” y según ese estilo se consiguen unos u otros resultados más allá de las “herramientas” de las que disponga.
Observo a muchos profesionales de la Educación (y de la formación) que de una forma u otra, de manera responsable, jamás pasa la factura a sus alumnos de lo mal que pueda estar “el sistema educativo”, o de la pobreza de recursos que se puedan estar sufriendo, anteponiendo sobre todas las cosas y de manera responsable “su compromiso con el grupo de personas a las acompaña en sus aprendizajes”.
¡Ojo! que no estoy hablando de conformismo ante lo que hay (conformarse es empezar a morir), estoy hablando de responsabilidad y respecto al grupo de alumnos que me esperan y dedican su tiempo a mis propuestas…, estoy hablando de no condicionar “mi PROFESIONALIDAD como docente” a decisiones políticas que están a miles de kilómetros de mi realidad…, una cosa es la lucha que consideres que debes o no emprender y otra cosa es la persona a la que tengo delante (mi alumno/a) y con la que tengo un compromiso que transciende lo político y lo reivindicativo…, creo que no mezclar una cosa y otra es sano para todos y necesario para la sociedad. Lucha en el sentido que quieras, pero ojo con caer en una vitimización improductiva y pasarle la factura de nuestras quejas a nuestros alumnos.
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Enseñar Inteligencia Emocional
Y es que creo que lo anterior está muy relacionado en cómo se va a enseñar la inteligencia emocional. Si la Educación Física no puede enseñarse únicamente en una pizarra o con fotocopias, ni la expresión artística se puede enseñar únicamente con teorías ni ejemplos, la Educación Emocional no puede enseñarse con manuales y actividades de lápiz y papel.
Hace tiempo me dijeron que “el ejemplo no es la mejor manera de influir, es la única”, y cuando hablamos de emociones, de actitudes, de enseñar intangibles… estamos hablando también de nuestra propia conducta (siempre envuelta en nuestras ACTITUDES) que en definitiva son la referencia para quienes tenemos delante en cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje.
¿Eres una persona reactiva o proactiva?, ¿Cómo gestionas la relación con tus compañeros y compañeras de trabajo?, ¿Cómo gestionas las emociones que te producen las leyes educativas?, ¿Cómo gestionas las emociones que te elicita tu equipo directivo?, ¿Qué emociones experimentas con los padres de tus alumnos?, ¿Qué emociones experimentas cuando suena el despertador el lunes?, ¿Y cuándo llega el viernes a las 14:00?, ¿Y cuando llega el domingo a las 22:00?, ¿Cómo es tu proceso de toma de decisiones? ¿Cómo gestionas la frustración en el aula? ¿Y en tu casa?… ¿Consigues conductas saludables y efectivas en estos contextos?…, te lo pregunto porque precisamente esto es lo que tenemos que transmitir en educación emocional, estrategias que permitan tomar conciencia de algunas de las claves que tenemos que compartir con nuestros alumnos para que ellos mismos, en el presente y en su futuro sean personas sanas y responsables con ellos mismos y en sus relaciones.
¿Cómo se enseñan las emociones? ¿Cómo se enseñan las actitudes?
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El sistema educativo eres tú
…, sí, no te engañes. Vale, el sistema educativo son muchas cosas, pero también eres tú. Para tus alumnos y alumnas, para sus padres… el sistema educativo eres tú. Ellos te tienen a ti, a tus competencias, a tu creatividad, a tu gestión emocional, a tus actividades, a tu sentido del humor, a tu sentido de la responsablidad, a tu tono de voz, a tus propuestas…, vale, ¿Que hay que llegar a ciertos “marcadores” que nos impone la Administración?, bien, ahí tienes el reto: te puede gustar más o menos el contexto, pero ¿cómo lo vas a hacer para que sea saludable para ti, para tus alumnos, para tu comunidad educativa?. No es fácil, no es imposible.
“Estar motivado no es tener ánimos, es tener motivos”, y esto es el puntal de tu propósito como docente, revisa tus “motivos”, estás formando a personas, muchas de las cosas que digas en un aula pueden estar revoloteando en la memoria de tus alumnos por años y condicionando sus expectativas y su rendimiento, (¿O nunca has tenido en tu cabeza o en tu corazón algún comentario o gesto de algun/a Docente que tuviste en el pasado y que de una forma u otra ha influido en alguna de tus decisiones y actitudes?).
Realmente creo que viviríamos más felices, y me lo creo al 100%, si las Matemáticas fueran consideradas con la misma importancia que la Expresión Artística, y la Expresión Artística con la misma importancia que la Lengua, y la Lengua con la misma importancia que la Música, y la Música igual que los Idiomas, y los Idiomas igual que la Educación Física…
…y todas ellas, ¡TODAS!, fueran realmente efectivas y transcendieran más allá de las aulas, como si las aulas fueran el descorche de lo que luego tenga que fluir, según el talento de cada uno o de cada una, según sus preferencias, según sus decisiones…
…puedes estar de acuerdo o no con mi opinión, con todo o parte de lo que he escrito, pero gracias (de corazón) por leerla y dedicar tu tiempo en este artículo.
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…por cierto, ya quisiera ser yo un genial “muerto de hambre”…
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Gracias David por tus tremendo conocimientos, por tus aportaciones y por tus enseñanzas. Gracias por tu empatía y gracias por ese maravilloso vídeo que me pone la pila, los pelos de punta y me carga la batería para seguir tirando y gritar a los cuatro vientos que sí, que soy un auténtico “muerto de hambre”, qué orgullo!!
…el vídeo es para ti Arturo, un abrazo!!
Gracias David por este magnífico post, personalmente entiendo que la “educación emocional” tiene que estar comprometida con promover entre el alumnado el autoconocimiento y una serie de valores que les permitan descubrir su propia identidad.
Gracias por tu comentario Mª Ángeles, estamos en sintonía!
😉
Gracias David por este post tan extraordinario, estoy totalmente de acuerdo contigo y creo que la base principal para que estas personistas tan maravillosas q muchos d nosotros tenemos el privilegio de enseñarles el camino hacia su futuro, esta en la ahora llamada inteligencia emocional, q no es otra cosa q ayudarles a conocerse y a trasmitirles unos valores, q poco a poco creo q se están perdiendo y no podemos permitirlo por su propio bien y por el futuro de todos.
El video es inmejorable, me ha emocionado y estoy totalmente de acuerdo, ademas quien de pequeño no ha soñado con ser uno de estos “muertos de hambre”?
Gracia a ti Estela, por tu atención, por tu comentario y por compartir una visión del mundo y de la educación que es necesaria HOY par el futuro… 😉
Muy interesante tu articulo David. Es una pena
q gran parte de la educación de los niños/as, de tus propios hijos/as
dependa de la profesionalidad del docente q le toque.
Quién cuida, quién vela porque esa profesionalidad se
generalice.? No podemos consentir que la estancia de un niño/a
en la escuela, que su jornada de mas de cinco horas en un centro educativo, que sus aprendizajes, sus experiencias, sus relaciones dependan poco mas de la “suerte” que tenga con el profe o la ese
que ese curso le toque.
Comparto tu inquietud Yolanda, al 100%,
Un saludo, FELIZ AÑO!
(…y a seguir contribuyendo, en la parte que nos toca, en lo que podamos hacer porque las cosas vayan mejor!!!)
Buenas David, gracias por escribir, ¡gracias por compartir!
Gracias a ti por tu atención
😉
@davidbarreda_db
Un artículo muy interesante, creo que desde luego hay que promover el aprendizaje emocional en el aula. Enhorabuena por el post
Muchas gracias por tu interés!
Un saludo!
@davidbarreda_db
Gracias David por tus enseñanzas
es Un artículo muy interesant
Gracias a ti, por tu interés y por apreciar esta contribución.
Un abrazo!