7 de marzo de 2016, 5:30 de la mañana en Honduras cuando escribo esto (en España deben ser las 12:30). Después de diez días por aquí hoy toca regresar.
Han sido diez días tan intensos como nutritivos, dónde mi compañero Álvaro Trujillo y yo hemos tenido el honor de representar como formadores a la Escuela de Economía Social de Andalucía y junto a ella capitalizar formativamente a la cooperativa COACEHL, una de las más representativas del país.
Trabajar para la Escuela de Economía Social aquí ha sido una de esas experiencias que bien sabes que no vas a olvidar en tu vida. Y es que teníamos un objetivo precioso, el de capacitar a más de 200 delegados y delegadas de esta cooperativa en materias de inteligencia emocional colectiva, toma de decisiones, negociación, resolución de conflictos, … todo ello con una metodología muy participativa y vivencial, que permitía el empoderamiento de cada delegado a un nivel que iba más allá de lo profesional.
La filosofía y los valores de Coacehl han quedado bien definidos en esta ocasión y refrendados por una acción real y tangible que ha movilizado a la totalidad de todos sus representantes, venidos de todos los lugares del país para participar en este proceso.
La idea era sencilla y humanamente ambiciosa: si tenemos cooperativistas emocionalmente inteligentes, capaces de llegar a acuerdos, de jugar a un ganar-ganar honesto, y tomar decisiones basadas en sus criterios, entonces, tendremos una cooperativa fuerte y transformadora.
Y así ha sido. Los dos formadores hemos impartido seis capacitaciones cada uno, por la que iban pasando todos los delegados, siendo unas jornadas intensas de 9 horas de formación, en las que se generaba una experiencia de aprendizaje y conocimiento que facilitaba a cada participante la toma de conciencia del impacto de sus emociones en sus acciones, de su impacto en el proyecto colectivo, y la repercusión de este proyecto en el bienestar de sus asociados.
Conocer y trabajar con una empresa en la que su junta directiva cree en el empoderamiento de las personas que forman parte de la organización es todo un lujo. Sientes como a lo largo de los días se va creando un lenguaje común en toda la organización, cómo vas contribuyendo a generar una cultura de empresa basada en el desarrollo personal y profesional de todos sus integrantes, y en como la Economía Social en países como Honduras (y tambiéb en el nuestro) son un agente de cambio necesario.
Cuando te dan vía libre para formar en actitudes socialmente ecológicas y sostenibles, y para lanzar y apuntalar el mensaje de que la solidaridad es el mejor camino para que una Empresa funcione, satisfaga las necesidades de sus socios y repercutan positivamente en la sociedad hondureña… sientes que estás haciendo eso para lo que te habías estado preparando, el sueño con el que profesionalmente siempre habías soñado. Y ha sido real.
También tengo que reconocer que ha sido un orgullo que fuera desde Andalucía, desde la Escuela de Economía Social, desde donde se hayan facilitado los recursos para que esta capacitación haya sido posible. Dándonos una libertad de contenidos y de metodología total en la dirección que os he contado.
Hoy nos marchamos de aquí, y nos vamos con la sensación del trabajo bien hecho y del objetivo cumplido. Honduras nos ha recibido excelentemente. La hospitalidad ha sido exquisita, y lo que hemos podido ver del país nos ha fascinado.
Aunque reconozco que lo que más me ha llamado la atención han sido las jornadas de trabajo que me han permitido convivir muy intensamente con más de 200 hondureños, que a lo largo de los días me han puesto de manifiesto la realidad de la universalidad de las emociones. Y es que, estamos mucho más conectados de lo que pensamos. Emocionalmente somos mucho más parecidos de lo que te puedas imaginar.
A mí personalmente esto inspira mucho, me carga de esperanzas y me hace creer en la educación emocional como una vía de conexión humana, y en este sentido, cualquier movimiento que hagamos, estemos donde estemos, nunca será pequeño.
Si unes esta idea a que cuando viajas es como si salieras de tu mundo, como si lo vieras todo desde fuera, a nivel real y a nivel virtual (porque no he tenido ni mucha wifi ni mucha oportunidad de participar activamente en mis redes), la perspectiva es fascinante: todo se ve más pequeñito, como si el mundo tuviera ‘gente grande’ metidas en ‘mundos pequeños’ que necesitan expandirse…
…porque en definitiva es eso, nuestras rutinas, nuestros trabajos, nuestros días a días no son EL MUNDO, es solo NUESTRO MUNDO, y de depende de ti generar la capacidad de ampliarlo, de ensancharlo y de enriquecerlo… y créeme que la conexión emocional con uno mismo y con los demás es una de las mejores maneras de hacerlo.
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Procesos y Aprendizaje
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Inteligencia social, mi experiencia en Honduras-3
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Fantástica experiencia de la que muchos esperamos poder “aprovecharnos”. Bienvenido a Huelva.