Justo el momento antes de tirar la toalla, ese preciso momento en el que coges la toalla para tirarla. El momento justo antes de rendirte. Ese instante en el que sientes que tu carrera comienza a detenerse. Es ese… ese es el momento que marca la diferencia.
Porque sabías que iba a ser duro, te lo contaron, o lo descubriste, o no tenías ni idea pero sin saber cómo te viste hasta el cuello en medio de una batalla que tiene que ver contigo. Es cuando tomas conciencia que de una forma u otra tú elegiste estar ahí, justo donde ahora no quieres estar. Es ese instante en el que darías la vida por dar marcha atrás, deshaciendo el camino recorrido e intentando recuperar un estado pasado. Es ese momento el que marca la diferencia.
Justo ese momento en el que descubres que tomaste decisiones que ahora no tomarías, que la equivocación te cae como una pesada losa que sepulta tus energías, apagándolas, y llevándose por delante lo poco que sientes que queda de ti. Justo ese momento en el que piensas que la has cagado, que no quieres estar donde estás, que no quieres pagar lo que te toca, que bien querrías volver a tu niñez… o desaparecer. Es justo ese momento el que marca la diferencia.
Cuando comienzas a sentir que las piernas se te han cargado demasiado, que los brazos te bajan y los pensamientos y emociones están tan deshidratados como un puñetero trozo de asfalto en agosto.
Cuando crees que te vas a romper.
Cuando escuchas un YA-NO-PUEDO-MÁS que te sale del alma.
Cuando quieres abandonar.
Cuando QUIERO-VOLVER-A-MI-PUÑETERA-ZONA-DE-CONFORT y morir en ella silenciosamente, conformándome.
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Suponías que esto era una carrera de fondo, suponías que no iba a ser fácil, entendías que sería duro, pero esos momentos en los que definitivamente sientes que es demasiado… son esos momentos los que marcan la diferencia.
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Como una moneda en el aire, deseando que salga cruz y tener un último argumento para detenerte. Deseando perder para parar. Ese momento es el que marca la diferencia.
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Y sin entenderlo mucho…
…no te paras
no-te-paras
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Porque cuando ya lo hemos perdido todo ya no queda nada que perder.
Porque cuando ya no nos quedan fuerzas solo nos quedan los motivos.
Porque cuando ya-no-puedes-más ya no importa el destino, ni las expectativas.
Porque cuando sientes que te acabas te conviertes en tu única compañía.
Porque cuando lo quieres dejar, nada te importa, y cuando nada te importa sientes una libertad que te llega como un hilo de aire fresco que te alimenta…
…es ese justo momento el que marca la diferencia…
…ese momento en el que demoras por un instante tu rendición y luego es demasiado tarde para rendirse, ese es el momento que marca la diferencia…
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Es ese momento, íntimo, de rendición inconclusa, el que marca la diferencia.
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El momento en el que por alguna extraña razón retrasas la decisión de rendirte y notas que no te rindes. Y no lo entiendes, pero continúas. Es ese momento en el que tienes la toalla en la mano y no la tiras, la aprietas, y no sabes por qué pero continúas avanzando. Ese momento en el que sientes que las piernas marchan solas, automáticas. Ese instante en el que el dolor comienza a difuminarse y tu cuerpo toma el control. Ese es el momento que marca la diferencia… cuando sabes que no te queda nada y lo recuperas todo.
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En la determinación de tus metas, en la puesta en marcha de tus estrategias, en tu lucha, en tus proyectos, en tus días, en tus retos, en tus relaciones, en tus decisiones… es justo después de demorar la decisión de rendirte, justo en ese momento, cuando descubres que no te vas a rendir jamás. Es incómodo, es liberador. Solo tienes que sentir de corazón que merece la pena seguir, porque si no merece la pena tu cuerpo ya se habrá parado y no lo vivirías como una rendición, es eso, cuando sientes que merece la pena seguir, cuando quisiste parar y no paraste… y ganaste en perspectiva, sabiduría y capacidad de superación.
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…justo antes de querer rendirte y justo después de no haberte rendido, es ese momento el que marcará la diferencia entre lo que eres y lo que SERÁS.
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Gracias 😀
…a ti Jordi.
Un abrazo y seguimos!!
David
Muchas gracias por este gran mensaje, me sentí identificado con cada aspecto mencionado, y me ha devuelto los ánimos, no tiraré la toalla.
Que Dios lo bendiga.
Gracias a ti amigo… por darle sentido y poner en valor el post!!
Un abrazo,
d.