Goethe decía que “estar preocupado es ser inteligente pero de un modo pasivo, solo los tontos carecen de preocupaciones”. Me parece una cita inspiradora (y para algunos/as tranquilizadora), más aún cuando vamos adquiriendo perspectiva de nuestra vida y caemos en la cuenta de que (según nos dicen los expertos) el 85% de lo que me preocupa no ocurre.
Por un lado me parece interesante el enfoque de “preocupación” como “modo de inteligencia pasiva”, ya que nos abre posibilidades a cambiar la acción y tomar las riendas (no es fácil, no es imposible). Por otro lado, normaliza las preocupaciones, las convierte en un elemento natural de nuestros pensamientos, y como todo lo “natural” e “inevitable” la clave está muchas veces en la gestión que podamos hacer de ello.
Ahora me gustaría que hicieras un experimento. Haz un ejercicio de memoria, cuando vas a empezar a trabajar en algún sitio o cuando empezaste a trabajar en el sitio en el que estás trabajando ahora ¿qué cosas te preocupaban el día antes?. Otro contexto totalmente diferente, ¿qué cosas te preocupaban cuando eras adolescente?. Uno más, ¿Qué cosas te preocupaban hace cinco años, y tres años atrás, y hace un par de meses?… haz este ejercicio con flexibilidad y sentido común. Es posible que aún mantengas alguna de estas preocupacioes, pero ¿cuántas de ellas mantienes?¿cuántas han ocurrido?¿y qué pasó con el resto?
En el blog de Joaquín Peña (llamado “productividad 2.0 sin estrés” y altamente recomendable), he encontrado un artículo que me sirve de inspiración a esta entrada y que esbozo para invitarte a leerlo completo de su fuente original.
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El 85% de las precupaciones no ocurre
Joaquín Peña nos cita a Friedrich Perl, quien repartía nuestras preocupaciones de la siguiente manera:
- El 40% de nuestras preocupaciones la constituyen cosas que no han sucedido y probablemente nunca sucederán.
- El 30% de nuestras preocupaciones son cosas que han sucedido pero ya no se pueden cambiar.
- El 12% vienen de problemas de salud irrelevantes o inexistentes que terminan por condicionarnos la vida.
- El 4% son preocupaciones reales que no se pueden cambiar.
- El 4% son problemas importantes que se pueden controlar.
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¿Por qué nos precupamos?
La pregunta obvia de: entonces ¿por qué nos preocupamos?, poco nos aporta porque la realidad es que sí, sí nos preocupamos, y Joaquín Peña nos ofrece dos posibles causas:
- Miedo a que las cosas no salgan como te gustaría
- No tener claro qué hacer para que las cosas salgan bien
Dos enfoques que bien nos pueden abrir las estrategias para pasar de la PRE-OCUPACIÓN a la OCUPACIÓN, tratando de satisfacer la necesidad que tengamos abiertas por una de estas dos variables.
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Entonces ¿qué puedo hacer?
Considerando todo lo anterior, Joaquín Peña nos propone la siguiente estrategia:
Primero: Utiliza tu imaginación, úsala para pensar como serían las cosas si todo salen bien.
Segundo: Imagina cuál es el siguiente paso que tendrías que dar para que eso que has imaginado se haga realidad. Aquí, la clave está en determinar y concretar al máximo ese paso, es conveniente que sea un paso pequeño, tangible, accesible a ti.
Tercero: Toma nota de cuál será el segundo paso, que debe reunir las mismas características que el anterior: nivel de concrección máximo, paso pequeño, tangible y accesible a ti.
Empiezas a darle forma a tus acciones, empiezas a ocuparte y empiezas a tomar el control de la situación, control que solo se puede tomar activando aquello que está en tu mano.
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Te dejo ahora con el artículo de Joaquín Peña para que puedas leerlo completo, disfrutarlo y sacarle el máximo partido, feliz lectura, aquí lo tienes: “El 85% de las preocupaciones no ocurren: ser productivo consiste en ocuparse, no en pre-ocuparse”
…y como no está demás:
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Foto de la entrda de Toni Prats, de su blog (poesía visual)
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Grueso y jugoso contenido.
Gracias David.
Muchas Gracias Lidia!