Tras varios años ejerciendo como Coach, en los que cada vez que inicio un proceso me siguen acompañando las sensaciones de “estar empezando” de “seguir aprendiendo”, una de las preguntas que últimamente me hago de forma recurrente es: ¿Qué le pediría a un Coach si yo tuviera que contar con su apoyo para iniciar un proceso?… ¿Qué le pediría a mi Coach?
Todas las respuestas se transforman en sensaciones que convergen en una palabra: AUTENTICIDAD.
Que no sea su ego quien lleve el proceso, que sea su SER quien me acompañe. Que no me juzgue, que me respete, que tenga la virtud de observarme limpiamente. Que me ESCUCHE (que no dé por supuesto que sabe escuchar, y escuche y reciba mi proceso abiertamente).
Que no se justifique, ni quiera demostrarme nada, que no me emborrache con sus logros ni sus apuestas, ni se quiera poner de ejemplo. Que no actúe desde el reconocimiento, que sea natural.
Que me reencuadre cuando sea necesario, aunque ello pueda incomodarme. Que me facilite la toma de conciencia de mis fortalezas y mis actitudes y conductas limitadoras, desde la paz y la serenidad, con valentía y con amor. Que me permita sentir y vivir su asertividad, honestidad y humildad.
Que no me imponga su ética ni su moral. Que me apoye en la consecución de mis metas (las mías, no las suyas), sin crearme falsas expectativas. Con realismo y ambición, soñando desde mi potencial, desde lo que soy y desde lo que me queda por descubrir. Que me deje ser el protagonista de mi propio proceso.
No quiero un gurú. No quiero una réplica de ningún afamado conferenciante. No quiero un “coach de alto impacto” (aún no tengo claro qué significa esto). No quiero “un ejemplo”. No quiero un padre o una madre, ni siquiera un amigo o una amiga. No quiero un genio que tenga todas las respuestas, ni tampoco que tenga todas las preguntas. No quiero a nadie que me garantice mi felicidad, ni mi bienestar, ni mi crecimiento… porque quien tenga garantías de esto me está vendiendo el futuro, y el futuro es algo incierto, a lo que la persona le va dando forma en su presente (y eso no se puede garantizar, ni vender).
Solo quiero a una persona con la calidad humana suficiente y necesaria para acompañarme y apoyarme en el momento de dirigir mi mirada sobre mí mismo, y capitalizar emocionalmente mis metas, mis acciones y mi vida. Desde la AUTENCIDIDAD para la AUTENTICIDAD.
(Con cariño, para mi compañera Ana O.)
0
No sé mucho de coaching, ni de coach, ni de este mundo.
Pero sí sé de buenos profesionales y mejores personas. Y eso es lo que eres tú: profesional y con mucha calidad humana.
El apellido de coach de momento me sobra…
Un abrazo!!
…muchas gracias José Ramón por tus palabras!!
…de CORAZÓN, un abrazo!!