Hoy día 4 de febrero es un día especial para mí, y estando relacionado con lo profesional, pues estoy encantado de compartirlo.
En el año 2002 llevaba aproximadamente unos tres años de pasante en un despacho de abogados del que guardo los mejores recuerdos, por todo lo que aprendí allí tanto de uno de los mejores maestros que he tenido en mi vida como de mi compañera.
Mientras estaba en el despacho nunca dejé de coquetear con la ‘formación’ (que siempre me la he imaginado en femenina, con todo lo que eso conlleva en lo referido a su dimensión relacional, de conexión y de contribución al desarrollo de las personas y los grupos).
Por aquel entonces, al mismo tiempo que estaba en el despacho echaba una mano a mis padres en una tienda de alimentación que regentaban en un pueblo vecino a Huelva. Era curioso vivir los dos enfoques, el del despacho y el de la tienda, en todos los sentidos. Era brutal el cambio de trato, de lenguajes, de rituales en uno y otro sitio… algo de lo que iba siendo consciente lentamente (porque al principio me cabreaba bastante, la verdad).
…fue allí, vendiendo huevos y leche, cuando me di cuenta, escuchando a madres y padres desquiciados porque sus prole no levantaba cabeza académicamente, de que por allí no había ningún centro de formación… y fue entonces cuando se me ocurrió montar un negocio.
…lo peor de todo, (para mi ‘yo’ del pasado), fue tener la certeza de que al final terminaría haciéndolo. Y lo hice. Se llamaba Centro de Estudios Academo, y estaba en Aljaraque, Huelva. El 4 de febrero de 2003 abrió sus puertas.
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Centro de Estudios Academo
¿Tenía pasta para montar el negocio? No, así que debía apurar bien porque los emprendedores que nos lanzamos con el apoyo de una idea y mucha voluntad solo tenemos un tiro en la recámara (dos, con mucha suerte). ¿Iba a montar el centro de formación de mi vida? Ni de coña, lo tenía claro, por pasta y porque no tenía clientes y no sabía si los iba a tener por aquel entonces. ¿Qué iba a montar entonces? El mejor centro de formación que pudiera con los recursos que tenía, y que me permitiera seguir creciendo en todos los sentidos, se trataba de poner mi primera piedra en mi desarrollo profesional ¿Cómo iba a mantenerlo? Con clases de apoyo y refuerzo escolar, me permitiría cubrir los gastos con una actividad que se desarrollaba por la tarde mientras me buscaba cursos e intervenciones por la mañana. ¿Había dado clases de apoyo alguna vez? No, y no me hacía gracia, pero ha sido de las cosas que más me han modelado como formador y esa etapa no la cambio por nada en mi vida. ¿Estaba seguro de lo que hacía? Ni de coña. ¿Entonces, por qué lo hacía?… joder, yo qué sé, lo hacía. Sentía que tenía que hacerlo, [y vale ya con las preguntitas…].
Recuerdo exactamente el primer día que abrí la puerta de Academo. Llegué al pueblo en autobús, no tenía coche por aquel entonces. Paré en la papelería, me compré una grapadora azul (la cual aún conservo hoy, y es la que uso), abrí la puerta, me senté en la mesa, noté el silencio… y en ese momento me arrepentí de todos los pecados que pudiera haber cometido en mi vida (que es una metáfora muy rara para deciros lo acojonado que estaba y que si me llevaba dios pues que me cogiera limpio).
Afortunadamente las cosas fueron muy bien desde el principio. Las clases de apoyo escolar se llenaron, pude ir conformando mi equipo (he tenido unos equipos fantásticos a lo largo de estos años), y tuve la fortuna de encontrarme con gente que confió en mí para poner en marcha muchas acciones formativas (siempre estaré agradecido a la gente de EMCOFEANTRAN), que me permitieron adquirir experiencia, muchas tablas, muchas competencias que luego se fueron proyectando en los trabajos futuros.
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Cosas que aprendí y que se me han quedado pegadas
…pensando ahora, y tratando de poner en valor toda la experiencia acumulada a lo largo de los 10 años y pico en el que desarrollé este proyecto, se me vienen los siguientes aprendizajes e ideas que se me han quedado pegadas…
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- A la hora de emprender el dinero es importante pero no es esencial. Está claro que según los recursos económicos que tengas tendrás un margen u otro en todos los sentidos, y que lo mismo las cosas no se hacen tangibles tal y como las imaginas en tus sueños… ni nunca saldrá o quedará todo perfecto, pero las cosas salen. El dinero no debe ser un obstáculo para crear el contexto adecuado en el que tu idea tome forma y crezca (hombre, si quieres montar un hotel en Dubai lo mismo sí, el dinero es esencial…), pero insisto: el dinero no es una barrera para HACER LAS COSAS BIEN y ser LO MÁS PROFESIONAL que tú puedas ser con los recursos que tengas a tu alcance.
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- Las ideas son importantes, pero no son ‘lo más importante’. Tener una ‘buena idea’ no te garantiza el éxito. Es crucial que tengas claro qué estrategias necesitas, qué recursos y qué procesos te permitirán poner un ladrillo encima de otro. Si una idea no se acompaña de un método realista y disponible a tus recursos y competencias, y este método no se acompaña de acción… te quedarás en el ‘maravilloso’ y frustrante mundo de las ‘intenciones’.
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- Emprender nunca debe ser una huida. Jamás. Montar un negocio porque no tienes trabajo me parece una locura. Hay momentos duros, muy duros, en lo personal y en lo material, y vivir esos momentos cuando has llegado a ellos huyendo es una locura. Te cabrearás contigo mismo, te maldecirás preguntándote quién puñetas te habrá mandando meterte ahí, cambiará tu humor y tu ánimo, y en el peor de los casos esto será fuente de continuos bloqueos ante las dificultades.
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- Emprender es cuestión de tener un proyecto. Es eso. Algo que quieres hacer, que además sabes cómo hacerlo y lo más esencial, tienes claro PARA QUÉ quieres hacerlo. Qué quieres aportar, qué impacto va a tener tu propuesta en tus clientes, en tu entorno.
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- Nada es gratis. Por mucho que te apasione o creas en tu idea, no es gratis arrancarla y mucho menos mantenerla. Es cuestión de actitud, de la misma actitud que el que trata de volar una cometa solo, y al principio tiene que correr porque lo mismo los vientos no le son favorables (…y se agota corriendo), y parece que el tema no arranca, o a veces arranca pero no termina de subir. Solo si sabes que puedes echar a volar la comenta y que el contexto es adecuado, y persistes, las velas cogerán y sabrán aprovechar el viento.
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- Entre el riesgo y la incertidumbre. No es agradable, pero vivir ahí es una constante. Al final terminan siendo dos compañeros de viaje incómodos que te van curtiendo, te hacen la piel tan dura como flexible. Creo que la gestión emocional de estas dos variables determina gran parte del éxito de un proyecto que implique una apuesta personal.
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- Las cosas nunca van a salir como lo tienes pensado. Es así. Lo que tienes en la cabeza es una fantasía necesaria porque te marca el norte, y lo que ocurre en la realidad está lleno de desviaciones e imperfecciones. Apreciar y poner en valor esas variaciones reales de tu sueño supone hacer crecer tu proyecto.
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- Ojo en quien te apoyas. Es así. Es importante no poner un proyecto o una actividad en función a una persona, un cliente o una circunstancia concreta. Si te falla esa persona, ese cliente o esa circunstancia no se da como esperabas el proyecto está avocado al fracaso. Quien te quiera acompañar que sea porque está convencido, no porque ‘lo has convecido’.
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- Nunca gastes más de lo que te entra. Creo que por eso sobrevivimos durante tanto tiempo. Nunca estuvimos por encima de nuestras posibilidades y eso nunca implicó que nuestros servicios perdieran calidad. Todo lo contrario, afinó nuestra creatividad.
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- Invierte en formación. La primera inversión que hice con lo que Academo generó fue el Máster de RRHH, luego el primer experto en Coaching, el segundo…, formaciones todas que me han posibilitado estar haciendo hoy lo que hago.
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- Cada cliente es importante. No subestimes a nadie. Da igual que sea un niño, un joven, un profesional, una empresa o lo que sea. Mantén el foco con quien estés en cada momento, es la mejor forma de crear magia en tu proyecto y generar oportunidades. Todos te aportan algo, todos!
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- Claridad y transparencia. Jugar con las reglas bien definidas en cuanto a colaboraciones, contrataciones, asociaciones, etc. te ahorra MUCHOS problemas.
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- Afrontar los conflictos. Porque es inherente a cualquier proyecto profesional la aparición de ‘conflictos’ con clientes, colaboradores, empleados,… es natural, y por muy incómodo que parezca hay que afrontarlo, porque lo que no se afronta se repite. Y lo que se repite redundantemente… ojo, es sintomático y a medio plazo dinamita la estructura de la relación con el consiguiente coste para el proyecto.
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- La mejor forma de influir es el ejemplo. Si quieres que los demás hagan algo, hazlo tú, si quieres que los demás trabajen de una determinada manera, trabaja así tú primero. Es la mejor manera de formar a tu equipo.
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- Practicar el ‘buenismo’ es tan inefectivo como el ‘cabronismo’. Pues eso.
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- Dejarme modelar por los contextos y las circunstancias. Recuerdo que el primer local era una casa antigua de pueblo. La manteníamos súper limpia, pero las paredes se nos caían de la humedad. Yo no quería que cuando la gente fuera allí a formarse mirara a las paredes (era una obsesión)… eso me modeló como formador: me centraba en preparar el mejor recibimiento, maletines y materiales sobre las mesas, las mejores actividades, las mejores dinámicas, los mejores contenidos, todo para que las miradas se centraran en lo realmente importante y la gente estuviera encantada de ir allí a formarse… y creedme que funcionaba.
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- Optimizar los aprendizajes, no quedártelos. Siempre, en temas de ‘conocimiento’ todo se recicla, no se tira nada. 😉
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Gracias a todo esto, después hice todo lo que hice, y ahora hago todo lo que hago.
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Algo muy emocional
Imagino que se me quedarán mil cosas fuera, pero bueno, tenía ganas de escribir este post y hacerle un pequeño homenaje a Centro de Estudios Academo…
…al pueblo que me recibió, Aljaraque. A toda la gente que por allí pasó y se formó. A los que trabajaron conmigo, a mis equipos, de los que guardo el mejor recuerdo. A los amigos y amigas que hice y que ahora son parte esencial en mi vida. Allí hubo magia, y muchos de los que allí estuvieron lo saben… hubo gente que creció profesionalmente, personalmente, que venció miedos, que afrontó retos, que se conoció, que se enamoraron (algunos hasta se casaron), incluso hubo gente que hizo cursos enteros aún sin haber nacido en lo vientres de sus mamás, allí nos reímos, lloramos, nos emocionamos, nos abrazamos y nos cabreamos… allí se vivió. Se trataba de eso.
No fui a ninguna súper escuela de negocios, pero fui a Centro de Estudios Academo, una de mis grandes experiencias de aprendizaje que sin duda alguna, estará siempre en el ADN de mi Marca Personal, y que durante 10 años me forjó en el formador y el facilitador que soy hoy en día… porque esto que tú ves, Procesos y Aprendizaje, no es otra cosa que la evolución natural de lo que te acabo de contar.
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Procesos y Aprendizaje
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…y entonces se me ocurrió montar un negocio
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Como me gustan las historias personales, el Storytelling, ese famoso conmigo funciona al 100% y encima si lo cuentas tan bien.
Muchas gracias por compartirlo David.
¡¡Qué bien me lees Pedro!!
…gracias por tus palabras compañero,
un Abrazo!!
David!!
trabajo duro x ( sencillez + osadía ) – mal rollo = fluir
Amigo!!!
¡¡qué ilusión que me dejes un comentario por aquí!! (y mucho más en una entrada como esta!!)
Un besote!!
David!
Qué grande eres!!! Es una delicia leerte, ya sea en “Disco Duro”, en pregón de boda, en relatos de olimpiadas, o en artículos como este. Un fuerte abrazo David.
PD: equivocarme como me equivoqué con Academo me da una alegría que no sabes…. Ya soy menos minas, pero aunque la mona se vista de seda…
Amigo!
…yo creo que tienes un coach escondido en tus reservas emocionales, pero aún no te has dado cuenta (o no lo quieres admitir).
Un abrazo!!
David
Apreciado David, desde la visión del profano, permite que reseñe algunas de las expresiones que no has remarcado:
“El mejor centro de formación que pudiera con los recursos que tenía”, lo que denota estabilidad emocional,
“Sentía que tenía que hacerlo”, emoción controlada, seguridad en ti mismo y claro en tu objetivo
“amigos y amigas que hice y que ahora son parte esencial en mi vida”, supiste valorar las relaciones y el trabajo de equipo
“Academo, una de mis grandes experiencias de aprendizaje que sin duda alguna, estará siempre en el ADN de mi Marca Personal”, Era un camino más para conocerte y valorarte, y así forjar tu camino hacia la ilusión que perseguías.
Un placer conocerte un poco más. Saludos cordiales
Muchas gracias por tus comentarios Benito,
Un abrazo,
David!
Había una vez un hombre pequeño que ocupaba todo el espacio cuando entraba en una habitación.
Que más decir. Sin duda no fue un curso, fue una experiencia.
Laura!!
¡¡¡qué ilusión tu mensaje!!!
…un besote!
😉
David
Muy buena historia, me ha encantado. ¿Por qué acabó cerrando la academia? Si parecía que funcionaba bien… Una lástima y mucho ánimo en tu camino emprendedor.
Yo acabo de montar una web, http://debebes.shop, pásata y echa un vistazo si quieres 😉