#citaciega
“-No lo veo
-¿El qué?
-Lo que sea… es que no lo veo, me saca de quicio”
‘Ciudadano tertuliano’, de Fátima M. Roldán
.
Creo que es conveniente aceptar e integrar cuanto antes que vivimos en un mundo en el que tomes la decisión que tomes, en el que hagas lo que hagas siempre habrá alguien para recordarte que acabas de pisar una mierda. Insisto, da igual la dirección que tomes, siempre la habrás cagado para alguien.
Creo que este enfoque, que pasa por gestionar adecuadamente las opiniones, nos da cierto margen a la hora de seguir nuestro rumbo y considerar al mismo tiempo lo que nos dirán los demás.
Además, hoy en día las opiniones las recibes y se amplifican con bastante facilidad. Ya no solo te las encuentras cuando te cruzas con alguien en la calle, ahora las recibes también en tu teléfono, en tu ordenador, a cualquier hora, en fin… que estamos altamente expuestos a las opiniones ajenas…
…de hecho, estamos bastante expuestos a las opiniones… en general… (incluso a las nuestras).
.
No me importa, pero dime…
Es curioso como la mayoría de la gente dice que pasa de las opiniones ajenas, haz la prueba, pero en cambio estas siguen ocupando un gran espacio en conversaciones o en rumiaciones propias o compartidas sobre lo que la gente dice…
…incluso hay una gran industria de la opinión de la que todos somos consumidores…
Sea como fuere, las opiniones importan o cuanto menos algunas de ellas captan nuestra atención… parece ser que las opiniones tienen un gran poder de atracción… bien porque nos conciernen, o porque somos curiosos o simplemente algo morbosos (que quien no tenga un punto de morbo que tire la primera piedra, venga, venga…).
…asumir también, que no podemos desconectar ese imán de las opiniones también nos ayuda a gestionarlas adecuadamente.
.
Opina o revienta
A ver, que conste que a mí lo de opinar no me parece mal. Bueno, cuando opinan de mí con saña y mala leche mucha gracia no me hace… pero lo que vengo a decir es que opinar es inevitable… e incluso es necesario…
Las personas (inevitablemente, insisto) solemos hacernos una idea de las cosas que vivimos, vemos, oímos, compartimos, de las que participamos… y justo en el momento en el que hacemos explícita esa idea… ahí… en ese instante en el que manifestamos abiertamente lo que pensamos sobre algo… entonces, es cuando se consuma la opinión…
…en definitiva que, fríamente, opinar no es más que manifestar la idea que tenemos sobre algo o alguien… y listo.
No tener una opinión de algo sería antinatural. Parece ser que por defecto siempre estamos categorizando la cosas y valorándolas de algún modo… así que lo natural es formarse una opinión de esas cosas e incluso manifestarla.
Además, manifestar tu opinión es un derecho, siempre que estemos entre el respeto y la libertad… y por eso, y porque ‘opinar’ es lo natural, más que sentido común en este caso hay que tener “sentido de la pertinencia”, que creo que es lo marca la diferencia a la hora de ser un ‘buen opinador’.
.
La intención
Así, si la opinión es simplemente la manifestación de una idea sobre algo, lo que lo determina todo como casi siempre es la parte intangible: en este caso la intención.
Pero ojo, no me refiero a la intención de quien vierte la opinión… esa, al final, resulta poco relevante… aunque traten de convencernos de lo contrario… lo realmente importante es la ‘intención que se percibe’ y que genera un determinado ánimo en la persona que es objeto (o se siente objeto) de la opinión.
Lo relevante no es que algo se diga para bien o para mal, eso no importa, lo relevante es lo produce en quien lo recibe.
Una opinión ya puede encerrar una clara intención de joder a la otra persona, que si la otra persona no se siente aludida la opinión se deshace como un azucarillo en un cubo de agua. En cambio, una opinión puede encerrar la mejor de las intenciones pero despertar los mil demonios en la persona destinataria que la puede percibir como una clara injerencia en su vida o un intento de control.
.
Identificando: cuando opinamos
Siendo las opiniones inevitables, y en muchos casos recomendables… puesto que nos aportan información sobre visiones ajenas sobre las cosas y nos generan perspectiva… me parece interesante plantearse en qué casos nos pueden resultar valiosas y en qué casos es conveniente dejarlas ir, incluso cuando opinamos.
Así, yo creo que hay tres aspectos claves que nos facilitan dar una opinión valiosa, en primer lugar valorar si realmente merece la pena o no expresar esa opinión, esto es, ¿qué aporta? ¿va a sumar o va a restar?
En segundo lugar, es bueno plantearse si el contexto es el adecuado para expresar la opinión que tenemos formada, ojo, por contexto me refiero al momento y al lugar adecuados.
Y por último, plantearnos si la otra persona está abierta en ese momento a recibir la opinión o no, ya que nuestras palabras pueden ser recibidas o terminar como lluvia sobre mojado… o gasolina sobre llama, según el caso.
.
Identificando: cuando recibimos opinión
Por otro lado, cuando recibimos una opinión y conseguimos tomar perspectiva, nos sería de mucha utilidad observar…
…si la persona expresa su opinión con la intención de imponerla y/o expresarla con contundencia sin reparar en los daños que pudiera causar, lo que puede significar que probablemente a esa persona le importemos poco y que la mejor estrategia sea dejar pasar las balas y gastar poca energía en esa guerra…
…o si la persona no es clara en su expresión, opina de forma inespecífica, abordando temas delicados con vacilación o ambigüedad, y aun así insiste en seguir con su discurso… aquí posiblemente la persona trate de manipularnos en algún sentido…
…o si la persona al opinar expresa un exceso de complacencia e incluso asume que de su opinión pudieran derivarse algunos prejuicios para ella… ojo, la persona adopta un rol de sumisión, no está expresando lo que verdaderamente piensa o siente, bien por miedo, por ser aceptado o por lo que sea…
….o por último, si la persona expresa su opinión con claridad, con firmeza, no se siente mal por ello y además utiliza o se esfuerza por buscar palabras y expresiones emocionales que tratan de decir lo que piensa sin causarte daño… ojo, posiblemente estemos ante alguien que nos está dando una opinión valiosa por muy incómoda que nos parezca.
.
Asúmelo
Entiendo que esto de gestionar las opiniones no es fácil, que el tema da para mucho más y que todo esto depende de muchas variables… pero bueno, sirva este post para animar la reflexión en este sentido…
De todas formas, opinar es inevitable… tú opinas, él opina, ella opina, todos opinan… sobre mí, sobre ti, sobre lo que sea… y hagas lo que hagas, la opinión que recibas será del color que menos esperes…
Asúmelo… no has nacido para causar consenso… y tus acciones no están libres de ser opinables… así que si de una forma un otra siempre vas a pisar una mierda…
…pero tú sigue… escucha… alguna opiniones encierran una oportunidad para nosotros… otras son como piedras en los bolsillos… tú las recibes, tú las sientes y tú las dejas marchar.
Buena semana!
.
12
Muy interesante David, gracias por esa llamada a la reflexión sobre la opinión y la expresión de la misma como conceptos muy diferentes.
Gracias María Rosell!
Un saludo y gracias por dejar tu comentario!
d.
Que buena aportación David, como me “resuena” todo en este momento en el que me encuentro. Un abrazo
Gracias compañera,
…un abrazo!
d.
Muy interesante!!
Me quedo con, las opiniones poditivas y las criticas u opiniones constructivas, las demas como bien dices, opiniones como piedras en los volsillos, que tiramos enel camino para soltar lastres;
si la persona expresa su opinión con claridad, con firmeza, no se siente mal por ello y además utiliza o se esfuerza por buscar palabras y expresiones emocionales que tratan de decir lo que piensa sin causarte daño… ojo, posiblemente estemos ante alguien que nos está dando una opinión valiosa por muy incómoda que nos parezca.
Gracias Lorena!
…sobre todo por resaltar ese párrafo que no deja de expresar una conducta asertiva… y es que, en el fondo, el post va de eso.. de asertividad…
Un abrazo y seguimos!
d.