#citaciega
“…desde que saliste del quirófano
tengo que reconocer
que estás irreconocible…”
‘Operación Triunfo’, de Fátima M. Roldán
.
¿Qué quieres conseguir cuando alguien te contrata un servicio o te encarga que hagas algo en tu trabajo?
¿Dónde tienes el foco? Da igual que trabajes por cuenta ajena o seas un profesional independiente.
Dale una vuelta, visualízate cuando estás trabajando… ¿Qué quieres conseguir?
…a ver, la tendencia racional y políticamente correcta es contestar que “lo que quiero es hacerlo bien”, vale…
…o “que me vuelvan a llamar”… psss……… vale, venga, si ese es tu foco…
…los más técnicos dirían que la atención la tienen “en lo que hay que hacer” … (…joíos, qué suerte…)
…el más empático de la clase no dudarían en contestar eso de que “el foco lo tengo en el cliente o persona que me solicitado la tarea”… qué guay, ¿no?…
…pero no sé… verás…
.
El hilo que te maneja
…todo esto está muy bien. En serio. Pero tengo la impresión de que no siempre es así, aún incluso cuando pensamos que estamos alineados con alguna de las ideas anteriores…
…y es que, los valores que mueven cada cosa que hacemos tienen los hilos tan invisibles como resistentes, y muchas veces actuamos como marionetas de nuestras verdaderas motivaciones, pensado que nuestro foco está en, por ejemplo, “hacerlo bien”, “lo que hay que hacer” o en “la necesidad del cliente” cuando en realidad nos estamos orientando a tratar de DEMOSTRAR que yo lo valgo, que ha merecido la pena contar conmigo, etc. … y no es lo mismo…
…en el primer caso mantenemos el foco en ‘el objetivo’, y si somos productivamente competentes conseguiremos ser efectivos y eficientes…
…por el contrario, cuando INSTRUMENTALIZAMOS un trabajo o a un cliente para hacer visible lo bueno que somos, que lo sabemos hacer o que ha merecido la pena contar con nosotros se nos abrirá una peligrosa grieta en los cimientos de nuestra productividad que puede dar al traste precisamente con la percepción de profesionalidad que tratemos de generar… e incluso nos podrá descubrir tratando de hormonar (a veces innecesariamente) los resultados de nuestro trabajo para que parezcan más contundentes de lo que son… una pena…
…que los demás constaten que somos profesionalmente competentes debería ser la consecuencia y no el fin de lo que hacemos…
.
¿Presentas donuts o resultados?
Se nos va la efectividad y se nos pone en crisis nuestra productividad por muchos motivos, pero creo que uno de los más peligrosos es ese en el que nos sentimos con la necesidad de “justificar” la inversión que se ha hecho en nosotros como profesionales inflando lo que hacemos.
Si eso ocurre ya no tienes el eje de tu estrategia en lo que tienes que hacer, si no en que tu resultado tenga peso, gane bulto… aunque el peso ahogue a tu cliente y el bulto no le deje ver nada… y lo peor de todo, que el resultado de tu trabajo aparezca hormonado de cosas que no tienen nada que ver con lo que realmente se te ha encargado… con la estúpida idea de cuanto más presentemos, mejor….
Por justificar nuestro trabajo… se puede entregar un informe infinito, echar más horas de la cuenta, gastar más recursos de los necesarios, someter a la gente a momentos tediosos y tiempos sin utilidad aparente, quemar reuniones, elaborar productos que jamás serán consumidos o servicios que no caben en el contexto… es el principio erróneo de “cuanto más mejor” o “cuanto más pese” mejor… o “que se note que lo hemos trabajado…”
…a veces presentamos donuts en vez de resultados… llenan mucho, nutren poco…
Nos estamos justificando, y lo grave es que una justificación suele ser indicio de un suelo frágil. Cuando aparece la necesidad de justificarse es que se duda de la estructura que mantiene en pie un argumento que por sí mismo ya debería ser suficiente. Cuando tenemos la necesidad de justificar nuestro trabajo y sus resultados, alguna viga se nos pudre por dentro.
.
Fijando el rumbo
Creo que una de las claves de la efectividad profesional está por un lado en tener bien claro qué es lo que nos están pidiendo, y por otro lado asumir que una vez puesto manos a la obra tendremos que estar rectificando continuamente la dirección para mantener el rumbo adecuado.
Esto es clave a la hora de ser efectivos y mantener el foco adecuado en el objetivo de nuestro trabajo, sin necesidad de hormonar el proceso ni sus resultados.
En este sentido, comparto algunas de los aspectos que creo que son importantes para centrarnos al inicio, en el desarrollo y en el final de nuestro trabajo… con el propósito de mantenernos fiel al objetivo que nos hayan planteado y no presentar donuts sino resultados sencillos y nutritivos…
Así, entre otras cosas…
.
- …ojo con hacer bascular demasiado todo lo que nos encarguen hacia el lado que más dominamos o en el que nos sentimos cómodos. Esto es, deja de contar SIEMPRE la misma película, la que mejor te sabes, en todos los sitios. Sí, a veces será pertinente que lo hagas y otras te sacarán del contexto y convertirá aquello que te hace experto en un peligroso sesgo profesional.
.
- Cuida bien la comunicación con el cliente o persona para la que trabajas. La comunicación debería ser continua, aunque al inicio es especialmente relevante porque es cuando se establecen las condiciones de trabajo. No seas un elemento pasivo que solo recibe el encargo, asegúrate de que has entendido qué se quiere, para qué se quiere, cómo se quiere, cuándo y dónde…. parafraséalo, repítele lo que te ha pedido y el sentido que el encargo tiene para esa persona.
.
- Sé una persona asertiva. No te quedes con dudas. Pregunta. Si no sabes hacer algo, no lo asumas. Si no tienes recursos, exprésalo. Si necesitas algo, pídelo. Si no eres la persona más adecuada en ese momento para responder como se requiere, no te comprometas…. Posiciónate, te puede salvar la vida (profesional).
.
- Genera momentos de seguimiento y evaluación continua, esto es, durante el desarrollo de tu trabajo ve reportando lo que haces, lo que llevas… comprueba que vas en la dirección adecuada… esto te permitirá estar a tiempo de rectificar antes de que sea demasiado tarde.
.
- Sé tan preciso como riguroso. Ve al grano. No dejes que tu trabajo se mida por el peso sino por la calidad del mismo y la capacidad de satisfacer una necesidad, resolver un problema, etc.
.
- Busca el dialecto profesional en el que se expresa la persona para la que trabajas y háblale en su mismo idioma. Haz accesible la presentación de tu trabajo, su desarrollo o tus resultados. Sin estructuras complejas ni giros complicados. Al grano.
.
- …y simplemente, haz lo que tengas que hacer y punto.
.
…y sobre todo, no te justifiques.
Que el resultado de lo que haces sea una proyección de lo que eres, sin aparentar más, sin vestirlo de seda, tal cual…
…en tiempo, forma y recursos.
Feliz semana!
.
.
ah!!!
…y te recuerdo que el próximo día 20 de noviembre estaremos dando guerra en el #EKGranada de CajaGranada Fundación y Fundación Cajasol…
Inscripciones: http://www.cajagranadafundacion.es/evento2-0/ekgranada18-espacio-knowmads/

#EKGranada18 cartel
.
12
Totalmente de acuerdo. A veces pienso que en nuestro sector se da mucho esto de añadir hormonas, inflar, pensar más en el efecto rápido que en la consecuencia posterior. Y sobre todo me llama la atención que se “reparten o intercambian muchas hormonas” entre profesionales porque parece políticamente correcto, cuando los que tienen que constatar nuestra profesionalidad son, sobre todo, las personas a las que va dirigido, preferentemente, el contenido o mensaje que se transmite. Saludos, te leo siempre porque me gusta tu punto de vista realista y práctico (no es una hormona, jeje)
…absolutamente alineado con tu comentario, Oliva!
Me quedo con “me llama la atención que se “reparten o intercambian muchas hormonas” entre profesionales porque parece políticamente correcto, cuando los que tienen que constatar nuestra profesionalidad son, sobre todo, las personas a las que va dirigido”
…totalmente!!
d.